A partir de marzo, las personas diagnosticadas con cáncer de mama en su fase temprana contarán con una solución terapéutica en el país que otorga una reducción en el riesgo de recaída o reaparición de la enfermedad en aproximadamente un 30%1.
El cáncer de mama es una enfermedad causada por la multiplicación anormal de las células de la mama que forman un tumor maligno.
Desde 1990, la incidencia mundial del cáncer de mama ha aumentado anualmente un 1,44%.
En el mundo se estima que 1.7 millones de personas contraen cáncer de mama por año, y que 522.000 fallecen por esta causa.
En Panamá, durante 2019, se diagnosticaron 1,308 casos de cáncer de mama con una tasa de 83.6 por cada 100.000 habitantes, para ese mismo año se registraron 265 fallecimientos por la enfermedad, lo que equivale a una tasa de 12.6 por cada 100.000 habitantes.
El tratamiento del cáncer de mama dependerá de la localización en la cual se encuentre. Mientras el padecimiento se encuentre en la mama, con o sin compromiso de los ganglios axilares, el tratamiento incluirá cirugía del tumor y de la axila, con el agregado de terapias prequirúrgicas (neoadyuvantes) y/o post quirúrgicas (adyuvantes) que tienen el objetivo de reducir la posibilidad de recaída tumoral y promover la curación; esas terapias incluyen radioterapia, quimioterapia, hormonoterapia, terapias dirigidas a la presencia de algún gen, etc.
La selección del tratamiento la hará el oncólogo y se basará en diferentes parámetros (tipo de tumor, tamaño, compromiso ganglionar, receptores hormonales, positividad para algún gen) que determinan el riesgo personal.
Lamentablemente, algunas pacientes se diagnostican con enfermedad extendida a otros órganos (metástasis) o su enfermedad inicial puede progresar a esta situación luego de algún tiempo de haber realizado su tratamiento primario; en esta instancia, el objetivo de los tratamientos será prolongar el tiempo de sobrevida y mejorar los síntomas relacionados a la enfermedad avanzada, logrando una mejor calidad de vida.
Aquí también, los tratamientos incluyen quimioterapia, hormonoterapia, terapias dirigidas a blancos moleculares, y, en algunos casos, radioterapia paliativa. Sin embargo, hay necesidades insatisfechas y brechas en el enfoque de tratamiento actual. Existen ciertos subtipos de cáncer de mama que presentan mayor riesgo de que vuelvan a desarrollarse. El 20% de los pacientes pueden experimentar recurrencia de la enfermedad en los primeros 10 años, por lo que necesitan el apoyo de tratamientos adicionales.
El nuevo fármaco para abordar el cáncer de mama de manera diferente
Este innovador medicamento presentado por Asofarma S.A, es una alternativa terapéutica para pacientes con cáncer de mama en etapa temprana que ya hayan transitado el tratamiento indicado: cirugía, quimioterapia, terapia endocrina y/o rayos.
Causas
Hay distintos tipos de cáncer de mama, dependiendo de qué célula del tejido mamario se origine (conductos, lobulillos, etc.) Puede afectar a cualquier mujer y en un porcentaje muy bajo (1% aproximadamente) a los hombres. Las posibilidades de que aparezca aumentan con la edad, en especial a partir de los 50 años. La detección temprana del cáncer de mama aumenta la probabilidad de cura, para ello el método recomendado es la mamografía.
Factores de riesgo y prevención
Aunque se desconocen las causas del cáncer de mama, el perfil de pacientes que pueden padecer esta enfermedad son aquellas que podrían tener alguno(s) de los siguientes factores de riesgo:
- Ser mayor de 50 años.
- Antecedentes familiares de cáncer de mama.
- Tratamiento previo con radioterapia dirigida al tórax.
- Terapia de reemplazo hormonal.
- Primera menstruación a edad temprana y/o menopausia tardía.
- Edad avanzada en el momento del primer parto o nunca haber tenido hijos.
El sobrepeso, el sedentarismo, y consumo excesivo de alcohol son factores que se pueden evitar para disminuir el riesgo de tener cáncer de mama. El cáncer de mama hereditario representa sólo alrededor del 5-10% de todos los casos
También pueden ser señales de alerta los nódulos palpables, retracción del pezón, cambios en la textura y el color de la piel de la mama, prurito, lesiones descamativas o secreción en el pezón; entre otros.10
Diagnóstico y detección temprana
No podemos “evitar” la formación del cáncer de mama, pero sí podemos diagnosticarlo en forma precoz o incipiente. La mamografía puede detectar el cáncer de mama cuando el nódulo todavía no es palpable o lo es mínimamente. El diagnóstico temprano del cáncer de mama aumenta las posibilidades de cura.
Se recomienda que todas las mujeres de 40 a 69 años se realicen al menos una mamografía cada uno o dos años junto a un examen físico de las mamas por parte de un profesional de la salud. Tanto las mujeres menores de 40 años como las mayores de 69 deben consultar con el médico acerca de la conveniencia de hacer o no una mamografía. Ante una mamografía con una imagen sospechosa de cáncer o un examen físico que detecte una lesión visible y/o palpable en la mama, se deberá realizar una biopsia para definir el tratamiento. La biopsia consiste en la extracción de células y tejidos que un médico patólogo observa en un microscopio para verificar si hay signos de cáncer.